agosto 13, 2017
Desarrollado por cientÃficos de la Universidad de Chicago, la técnica permite tratar más eficazmente el tumor y personalizar las terapias.
Los tumores primarios generan un tipo de células malignas, las llamadas células tumorales circulantes (CTC), cuya presencia alerta del desarrollo de la enfermedad. El problema es que como las CTCs son grandes, irregulares y tienden a formar grupos, se quedan trabadas en los vasos sanguÃneos de pequeño tamaño.
Asà ocurre, en teorÃa, con las CTCs liberadas por los tumores gastrointestinales: tras fluir por la vena porta (que transporta sangre entre el tracto gastrointestinal y el hÃgado), acaban atrapadas en los vasos capilares hepáticos. Por eso, pocas células tumorales alcanzan las venas de los brazos, donde se efectúan habitualmente los análisis. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago ha comprobado empÃricamente este